En esta enseñanza, se explora la historia de Sansón y cómo su falta de dominio propio lo llevó a la debilidad espiritual, a pesar de su fuerza física. Se destaca la importancia de reconocer la propia debilidad, la necesidad de Dios y la vulnerabilidad frente al pecado. El pastor insta a cultivar la humildad, la transparencia y la dependencia del Espíritu Santo para evitar caer en la arrogancia y el orgullo.