"Pasa ubicación", le pudo decir el rey Felipe IV a su contacto de confianza en el convento de San Plácido cuando se enteró de que acababa de entrar una novicia muy guapa llamada sor Margarita de la Cruz. Un encuentro separados por rejas, un crush con sobresalto y un encargo a Velázquez para que pintase el que se convertiría en el Cristo crucificado más copiado de la historia del arte.
Pero hay más: en este convento benedictino fundado en Madrid en 1624 gracias a la panoja de Jerónimo de Villanueva y bajo el mando de la mujer que rechazó casarse con él, Teresa del Valle de la Cerda, sucedió en el siglo XVII un fenómeno de posesión colectiva que llevó a la Inquisición a investigar el caso de las monjas endemoniadas de San Plácido. Os lo contamos en este episodio de Arte compacto final de temporada.
El libro que citamos es: 'El convento de San Plácido. Historia, arte y leyenda en el corazón de Madrid’, de María Águeda Castellano Huerta