Los impuestos son, en las sociedades libres y democráticas, uno de los pocos recursos que quedan para una mejor distribución de la riqueza, el gran drama del siglo XXI. Sólo los Trump, los Bolsonaros y los ultraliberales del PP y Vox, sin diferencia alguna en su política tributaria, andan remisos a que los ricos paguen más para conseguir que los pobres sufran menos