Stanley Medina nació en una humilde familia y creció sin conocer a su padre biológico. El maltrato por parte de su padrastro dejó una profunda herida en el corazón de Stanley. A pesar de haber sido criado junto a su hermana, nunca recibió el mismo trato que ella, y esto solo aumentó su resentimiento. Un día encontró a Jesús y comenzó a asistir a la iglesia y pudo perdonar a su padrastro antes que este falleciera.