Muchas veces tememos más el rechazo de los demás que ser rechazados por causa de Cristo. Proverbios 29:25 dice: “El temor del hombre pondrá lazo”.
El peligro de este lazo es el de ceder y comprometer nuestras convicciones piadosas o bien permanecer callados sin demostrar que somos creyentes de la verdad de Dios, para así ganar la aceptación de los demás.