Judas no es alguien que cumple, de una manera ciega, un destino que ya estaba escrito. Judas tiene su propia debilidad, sus propias grietas, y sus pecados y defectos, que son de él; no son del destino, no son de la Biblia, no son de Cristo, son pecados y defectos de él. Así como Pedro era tan primario e impulsivo, y luego tenía que retractarse, así también Judas tenía sus propios defectos y pecados; y dentro de esos pecados, que eran suyos, él hizo lo que hizo. Tiene su grado alto de responsabilidad y ninguna idea de destino puede negar el testimonio claro que nos da la Biblia.
En realidad todos los apóstoles fallaron y todosnosotros fallamos; lo decisivo es quién acepta la propuesta de arrepentimiento y conversión que Cristo también ofrece a todos.