Puede parecer al principio que justicia y misericordia se oponen mutuamente porque ser estricto en la justicia parece excluir la misericordia, y ser generoso en la misericordia parece eliminar el examen propio de un juicio justo. Pero, ¿es así realmente? Las cosas cambian cuando entran en juego tres realidades muy importantes de las que ya nos habla la Biblia, incluso desde el Antiguo Testamento: el arrepentimiento, la fe y la propiciación.