En esta oportunidad, Sebastián nos enseña que debemos valorar los pequeños comienzos, esos primeros pasos que damos en diferentes áreas de nuestra vida. Debemos tener la seguridad y la confianza de que Dios va con nosotros y puede que no veamos la meta o el destino porque Él ya lo ha visto desde la eternidad. Eso es caminar con fe y eso nos hace entender que no se trata de cómo podemos hacer las cosas, sino de que Él está con nosotros.