En Italia, sobre todo en el norte, se considera entre las regiones más contaminadas de Europa. Por esa razón, en Milán y en otras ocho ciudades de Lombardía, la circulación de los vehículos más contaminantes fue prohibida debido a un nivel muy alto de contaminación en esa región industrial. Lombardía, que alberga numerosas explotaciones agrícolas intensivas, también prohibió esparcir estiércol en los campos, práctica que provoca una fuerte contaminación por nitratos.