Muchos creyentes permiten que las circunstancias los afecten y por ello su espiritualidad tiene altibajos. Para ellos, regocijarse parece irrazonable, aun imposible. Por eso el mandato es regocijarse “en el Señor” (Fil. 4:4).
No siempre podemos regocijarnos en nuestras circunstancias o en las de otras personas, porque pueden ser negativas. Sin embargo, podemos regocijarnos en el Señor, porque él es siempre bueno y nunca cambia.
Nuestra estabilidad espiritual está relacionada directamente con nuestro conocimiento de Dios y nuestro compromiso con él. Conocerlo nos ayuda a vivir por sobre nuestras circunstancias y nos proporciona estabilidad. Por eso los salmos fueron escritos en forma poética y se cantaban, de modo que el pueblo de Israel pudiera memorizar las Escrituras y cantar himnos a fin de profundizar su conocimiento de Dios. Conocerlo hace que todo lo demás sea menos importante.
Lee el Salmo 139; Romanos 8:28; y 1 Pedro 1:8 y 9. ¿Qué razones se dan aquí para que nos regocijemos? ¿Cómo podemos aprender a regocijarnos en estas promesas de Dios?
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¿Necesitas otras razones para regocijarte? Regocíjate porque Dios nos salvó, nos adoptó, y prometió darnos una herencia en Jesucristo (Efe. 1:1-11). Cuando Cristo regrese, gozaremos de su presencia y de los lugares celestiales preparados para nosotros (Juan 14:2, 3). Hasta entonces, es un gozo saber que Dios promete suplir todas nuestras necesidades (Fil. 4:19). Además, tenemos el privilegio de servir a Aquel a quien amamos. Eso incluye compartir las buenas noticias con los perdidos, y animar a otros a que aumenten su amor y servicio a él. También es un gozo poder orar a Dios en cualquier momento (Heb. 4:15, 16). Finalmente, podemos gozarnos en saber que la muerte no tiene la última palabra (1 Cor. 15:54).
A pesar de estas promesas y de tantas razones que tenemos para regocijarnos, todos luchamos con la tristeza, el desánimo y el dolor. Estos son “hechos de la vida” ahora. Cualesquiera sean nuestras circunstancias, ¿cómo podemos aprender a encontrar el gozo que se nos ofrece en Cristo? ¿Qué elecciones estamos haciendo que podrían afectar el gozo que puede ser nuestro?