Una enseñanza que nos lleva ha entender que en la iglesia, debemos volver a entender que el liderazgo no esta basado en un nombre o una posición, sino en tener un corazón de siervo, lleno del amor, mansedumbre y humildad que Jesús nos mostró. Como debemos batallar con nuestro orgullo para volver ha ser dependientes de Dios y desear hacer Su voluntad en nuestras vidas.