(Día Internacional de los Derechos de la Mujer)
«Si una mujer pudo llegar al mismo nivel de valentía y sacrificio en pos de la libertad que el demostrado por Micaela Bastidas en el proceso precursor de la independencia, esa fue sin duda alguna Tomasa Tito Condemayta [una mujer valiente entre las valientes] —afirma el escritor peruano Bruno Pólack al comienzo de su capítulo sobre aquella prócer en su obra titulada Mujeres que forjaron el Perú—. Tomasa Tito también venía, como la familia Condorcanqui de Túpac Amaru, de un linaje noble del Imperio incaico. Esto hizo que se le concediera, aún en el Virreinato [del Perú], el cargo de cacica de Acos....
»Casi de inmediato y sin vacilar se sumó a la rebelión de Micaela Bastidas y Túpac Amaru II.... El 18 de noviembre de 1780 se llevó a cabo la memorable Batalla de Sangarará... el primer gran choque por la independencia, y no sólo del Perú sino de toda Sudamérica... siendo la primera vez que se organizó un ejército revolucionario con la intención de abolir la esclavitud y lograr la libertad, enfrentándose a un ejército regular de la colonia. En ese choque... Tomasa Tito... no sólo [contribuyó a] conseguir tropas, armas, alimentación y todo lo necesario para una guerra, sino... demostró [valentía] en el campo de batalla, donde puso en juego no sólo el título que se le había otorgado desde la colonia por su antepasado real, sino su propia vida y la de todo su pueblo.»
Seis días después se le informó que un batallón español venía de la ciudad de Paruro para emboscar a Túpac Amaru II y los vencedores de Sangarará. Así que, al mando del primer ejército del Perú conformado por mujeres, Tomasa Tito atacó con estrategia y con furia a los españoles, que contaban con armas de fuego, en el puente de Pillpinto. Armadas con palos y hondas (llamadas huaracas), con las que le lanzaron proyectiles a la tropa enemiga cuando comenzó a cruzar el puente, al cabo de varias horas de lucha incesante, el arrojo y la valentía de aquellas atacantes... hizo que los españoles huyeran desordenadamente, dejando muchas bajas de su lado.... Aquel glorioso día «un ejército formado exclusivamente por mujeres [venció] a un batallón que... tenía la intención de sorprender y fue sorprendido», comenta irónicamente Pólack.
«Ya cuando Túpac Amaru II... se había decidido por fin a tomar la ciudad del Cusco... Tito... le escribió una carta a Micaela Bastidas donde... le decía: “El invasor no pasará sino sobre nuestros cadáveres”». Trágicamente aquellas palabras habrían de ser proféticas.
«Tomasa Tito Condemayta murió junto a Micaela Bastidas y Túpac Amaru en la Plaza de Armas del Cusco. [Al igual] que ellos... fue torturada, ahorcada y luego desmembrada.... Pero el ejemplo de nuestra heroína... prendió y corrió como un reguero de pólvora... por todo el virreinato del Perú y por toda Sudamérica», concluye el escritor peruano.1
Quiera Dios que el ejemplo que aquella «mujer valiente entre las valientes» nos dejó en Pillpinto nos inspire a cada uno a sorprender al enemigo de nuestra alma venciéndolo con la determinación de protegernos de sus emboscadas con la armadura que Dios nos ha provisto.2
Carlos Rey
Un Mensaje a la Conciencia
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Bruno Pólack, «Tomasa Tito Condemayta y el primer ejército de mujeres libertarias (1780-1781)», Mujeres que forjaron el Perú, Bicentenario: Colección Perú 1821-2021 (Lima: Editorial Planeta Perú, 2018; Edición Digital, 2020), Loc. 772-846. |
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Ef 6:11-18 |