

«[...]los ciegos ven, y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio. ¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!».


Ana Jiménez, que se está doctorando en literatura, nos acompaña hoy para hablar sobre la prudencia, una virtud fundamental para el desarrollo cotidiano de nuestra vida diaria. ¿No te paras a pensar antes de hablar? Y, ¿antes de actuar? Siempre que lo haces, estás poniendo en práctica el ejercicio de esa "prudencia graciana" -como la define Ana- que, lejos de ser un ente abstracto, forma parte del día a día de cada uno.




Resulta llamativo el modo en que la filosofía personalista cristiana más actual ha desarrollado la teoría de la necesidad de una dimensión social y relacional del ser personal, durante el último siglo. Los últimos Papas han elaborado un ministerio que acoge también esta idea. En el caso del Papa Francisco, a todos nos suena la importancia de generar procesos para dar paso a la "cultura del encuentro". Precisamente sobre esto hablamos con Elena Lavilla.


«Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino».


"Nunc coepi!", ¿qué quiere decir? "¡Ahora comienzo!" Es la actitud con la que abordamos el comienzo de esta tercera temporada en Tres Minutos Contigo. Lo hacemos hablando de esta virtud de la resiliencia con Juan María Ruiz de Temiño, seminarista de 34 años, que ha ido reinventándose hasta que ha sido llamado a "algo grande y que era amor". Damos gracias a Dios y a ti por permitirnos acompañarte un año más.




«Hoy ha sido la salvación de esta casa, pues también este es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido».


«Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».




«Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: “Arráncate de raíz y plántate en el mar, y os obedecería.»


«Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni aunque resucite un muerto».


Ningún siervo puede servir a dos señores, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero


«Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío.»


"Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido".


"Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre".


«Pero Dios le dijo: “Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”».


«Cuando oréis decid: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en la tentación”».


«A otro le dijo: –Sígueme. El respondió: –Déjame primero ir a enterrar a mi padre. Le contestó: –Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios. Otro le dijo: –Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia. Jesús le contestó: –El que echa mano al arado y sigue mirando atrás, no vale para el Reino de Dios».


«Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir».


«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».


Ellos lo rodearon preguntándole: «Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?» Jesús contestó: «No os toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas que el Padre ha establecido con su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines del mundo.» Dicho esto, lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Mientras miraban fijos al cielo, viéndolo irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: «Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como le habéis visto marcharse.»


«El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a vuestro lado." Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.»


¿Quién no conoce el discurso del pastor Martin Luther King, con su famoso comienzo "I have a dream"? Siempre ha habido personas que se han atrevido a soñar sin límites. El trabajo perseverante y lleno de ánimo con afán de perseguir esos sueños es el que ha logrado alcanzar cada uno de sus fines, siempre partiendo de la ayuda del de Arriba, claro. Hablamos con Mn. Samuel sobre la necesidad de soñar, especialmente para nosotros, los jóvenes. Y tú, ¿tienes un sueño?


«Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en Él. Si Dios es glorificado en Él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros.»


«En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás; nadie las arrebatará de mi mano. Me las ha dado mi Padre, y él es superior a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. El Padre y yo somos uno”.»


A algunos no nos resulta nada fácil ser ordenados, sobre todo, en la juventud. Para otros, el perfecto orden es una de sus más naturales características. ¿Cuál es la clave del orden? ¿Te has preguntado qué sentido tiene? ¿Por qué es mejor ser ordenado que no serlo? David Calvo, ingeniero, nos acompaña hasta el fondo de la cuestión: la profundidad del orden, hoy, en Tres Minutos Contigo.


«Otras muchas señales hizo Jesús en presencia de sus discípulos, pero no están escritos en este libro. Se escribieron éstos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre».


¡Feliz Pascua de Resurrección! A la memoria del sacerdote diocesano don Julián Luis Díez Glez., hablamos sobre la bendición, bien decir, hablar bien de los demás. ¿Hay algo más bonito que demostrar nuestro aprecio evitando la murmuración o el chisme? Seguro que sí, pero esto también nos parece muy bonito. En esta ocasión, nos acompaña Antonio Sierra, asiduo colaborador de la plataforma.


«[...]Después de esto, sabiendo Jesús que todo había llegado a su término, para que se cumpliera la Escritura dijo: “Tengo sed”. Había allí un jarro lleno de vinagre. Los soldados sujetaron una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo y se la acercaron a la boca. Jesús probó el vinagre y dijo: “Todo está cumplido”, e inclinando la cabeza, entregó el espíritu.»