Todos sufrimos de una o de otra manera. Sin el dolor no tendríamos la experiencia, la sabiduría y la alegría honda.
¿El silencio es lo que mata a las parejas? ¿Hay silencios que matan?
Muchas queremos imponer a los demás lo que pensamos. Hay que saber callar.
Vivimos en un mundo donde se habla mucho y se escucha poco.
Que bueno poder compartir en familia. Le pidamos a nuestra Madre, la Virgen, que nos proteja.
La rutina termina matando nuestro corazón y las relaciones. Llenemos nuestra vida de entusiasmo, que es amor por lo que hacemos en cada momento.
Fortalezcamos nuestro corazón con la oración, la Eucaristía y la Palabra de Dios. Confiemos en el Señor.
La gratitud nos da felicidad, esperanza. Seamos agradecidos.
Cómo el amor lo transforma todo.
Vivamos el día con esperanza, fe y alegría.
Espíritu Santo, asísteme cuando no tenga fuerzas para enfrentar mis problemas.
Disfrutemos más la vida. Pidamosle al Señor que nos ilumine y nos libere de los remolinos mentales que nos quitan la paz.
Cada uno tiene que cumplir con su misión y ser buenos instrumentos del Señor.