En este pasaje encontramos la primera señal del plan redentor de Dios, después de la caída en el jardín de Edén, y una expectativa de que el Redentor habría de venir de la simiente de la mujer.
Adán y Eva son responsables de sus actos y son castigados, pero vemos también la misericordia de Dios. El fundamento de la victoria del reino de Dios, se establece desde el principio. ¿Quién es la “simiente” de la mujer?