

Parece que la vida está llena de testigos de la Buena Noticia a los que nos cuesta creer.




Un triple movimiento. De la tormenta a la paz, de la duda a la confianza, de la cerrazón a la comprensión.


Tres lugares para el encuentro con el Dios vivo: la comunidad, la Escritura y la fracción del pan






Abba, Padre, tú lo puedes todo, aparta de mí esta copa. Pero no se haga mi voluntad, sino la tuya


Cuántas veces nos ciega la diferencia, y la convertimos en enemistad o conflicto personal




Jesús, maestro, te pido que mi corazón lata al ritmo de tu corazón


Y yo, ¿soy capaz de acoger la buena noticia o llevo las manos llenas de piedras para el diferente?


Hay quien sirve en silencio, en lo escondido, con un amor discreto pero imprescindible. Como José.


Hablar bien de otros, en lugar de criticar a todo el mundo, es toda una revolución


¿Seré yo también capaz de afrontar la crítica, la descalificación y la persecución por defender el evangelio?


Ya puedes citar la Escritura, que si no hay amor en ti, es ruido


Tomar la camilla y ponerse a caminar es la invitación del Señor a no vivir lamentándose de la realidad que nos toca vivir

