Nehemías 10:31-34 (La Palabra)
Un compromiso de no casar nuestras hijas con gentes paganas, ni casar nuestros hijos con sus hijas, así como de no comprarles nada, ni cereales ni otras mercancías, si lo traían a vender en sábado o en otro día sagrado; un compromiso de no cultivar la tierra y de perdonar todas las deudas el séptimo año. Nos impusimos, además como norma, dar cada año la tercera parte de un siclo para el servicio del Templo de nuestro Dios, con destino a los panes presentados, a la ofrenda y al holocausto perpetuos, a los sacrificios de los sábados, de los novilunios y de otras festividades; y también para otras ofrendas sagradas, para los sacrificios de expiación de todo el pueblo y para cualquier obra del Templo de nuestro Dios.
PENSAR: Observamos en el capítulo 10 de Nehemías que se define una especie de “ética mínima”. En este compromiso firmado se mencionan unos cuantos mandamientos selectos. No aparecen los 614 mandamientos de la ley. Se hace una especie de selección lo más compacta posible de la ética mínima para poner en evidencia (según ellos) que están obedeciendo los mandamientos de Dios.
Esta lista breve está compuesta de la decisión de no realizar matrimonios con personas extranjeras, es decir, mantener una separación para definir su identidad de pueblo; además, presentar sus primicias y diezmos para la provisión de los sacrificios en el templo y para sostener todo el sistema sacerdotal. Que no falte la leña, el incienso, los panes de la proposición, y los animales del sacrificio. Además, respetar el día de reposo. Es decir, no hacer trabajos ni negocios en el día sábado, y finalmente, respetar también el año sabático. Se trataba de un año en el que no se cultivaba la tierra y se perdonaban las deudas. Se liberaba a la gente que había tenido que venderse como esclava, para que no fuera esclava de por vida.
Esta es su ética mínima. Aquí ellos expresaron lo que consideraban lo más importante de toda la ley: Guardar el día de reposo, sostener económicamente el sistema del templo, mantener la separación étnica y familiar sin mezclarse con los extranjeros, y recordar los años sabáticos. Para ellos, el compromiso de andar con Dios se reducía a estos puntos.
En el tiempo de Nehemías se estaban sentando los fundamentos de lo que llegaría a ser el judaísmo del segundo templo, con el cual chocó de frente el Señor Jesús con sus enseñanzas y su ejemplo. El Señor Jesús también expresó un resumen de toda la ley, pero para él tenía como lo más importante la justicia, la misericordia y la fe. Toda la ley depende de un par de mandamientos que el Señor Jesús identificó así: Amar a Dios con todo el ser y amar al prójimo como a uno mismo.
ORAR: Señor, enséñanos a identificar y a cumplir fielmente los mandamientos más importantes de tu ley. Amén.
IR: Nuestra manera de vivir debe testificar del gran amor de Dios por su mundo.