En el bautismo Dios nos ungió con el Espíritu Santo para que, en vez de vivir en la desgracia, vivamos en la gracia de Dios. ¿No te parece extraordinario que Dios no haya cambiado de plan? Él siempre insiste con su gracia. La gracia de Dios no pasa de moda ni se acomoda a nuestros caprichos o expectativas. Es que Dios no tiene otro plan, nunca lo tuvo. Es solo por gracia que nos trae de nuevo a la vida y nos ofrece la vida eterna.