

La gloria de Dios y el deleite en Cristo es la meta que perseguimos en la amistad cristiana.


Estas son cinco reglas de compromiso que pueden ayudarnos a esforzarnos más en la adoración corporativa.


Necesitamos aprender a meditar antes de hablar, determinar si es el momento oportuno o si el silencio es la mejor respuesta.


Para un joven es una experiencia alentadora predicar al pueblo de Dios y escuchar por primera vez un «Amén» como respuesta.


Un «no» a tiempo puede significar que nuestra vida empiece a ganar fuerza de nuevo, pues se redistribuirán mejor los esfuerzos.


Enfocar nuestra identidad cristiana a través de tres lentes —santo, pecador y sufriente— nos da una imagen más clara y completa de quiénes somos.


Esperar en el Señor es uno de los aspectos más potencialmente santificadores (y necesarios) de la vida cristiana.


Saber que Jesús reina debe llenarnos de gozo porque Él no solo gobierna nuestras vidas, Él reina sobre el mundo entero y lo hace para Su gloria y nuestro bien.


Que cada relación con los jóvenes a quienes discipules sea un pequeño taller, basado en el amor de Dios, donde el Señor esté obrando.


Si somos honestos, los líderes de la iglesia debemos admitir que somos propensos a ciertos «pecados respetables» en el ministerio.


Una iglesia bíblica es una iglesia de líderes bíblicos y esto no se logra de forma casual, sino que es el resultado de una práctica intencional.


Nuestros planes son inciertos, pero el amor de Cristo y Sus planes perfectos vertidos en Su evangelio no carecen de propósito y certeza.


Aunque hay muchas armas espirituales para combatir la tentación, Pablo nombra una que parece inesperada: ser agradecidos.


Recuerda que el ministerio juvenil existe porque la iglesia local existe, y no al revés.


La salvación es más que una combinación perfecta de palabras bien seleccionadas que una persona debe repetir; es una obra soberana de Dios.


Tenemos todo lo que necesitamos para ser capaces de aprovechar nuestras neuronas, para la gloria de Dios y para el bien de Su pueblo. No nos conformemos con menos.


No debemos intentar separar la fidelidad del ser fructíferos. Ambos aspectos van de la mano.


Lo que más necesitan nuestros hijos es a Cristo; Él es el mayor regalo. No obstante, como padres podemos darles el regalo precioso de ayudarlos a no ser esclavos de la pornografía.


Dios nos da incentivos en Su Palabra para levantarnos e ir a adorar con nuestra iglesia local.


Tener hijos es un regalo del Señor, pero, como nuestra tendencia humana caída prescribe, solemos tomar los buenos regalos de Dios y volverlos ídolos en nuestro corazón.


El ministerio cristiano es debilitado, y pronto totalmente corrompido y arruinado, cuando el ministerio se convierte en lo primero y más importante en el alma.


Hechos 1:8 nos recuerda que el evangelio de Jesús llega a todos los lugares y a todo tipo de personas, porque Jesús es el Señor de todos.


En diferentes situaciones, tu amor por Jesús puede ser visto por tu familia, incluso por tus hijos, como aborrecimiento.


Contrario a lo que muchos piensan, la teología tiene propósitos que van más allá de asuntos teóricos y tiene relevancia en el diario vivir del creyente.


El mensaje del evangelio es tan bueno que ninguna mala noticia puede derribarlo. Estas son cinco razones para compartir sus buenas noticias hoy.


La realidad es que nuestro poco acercamiento a las Escrituras no es un problema de tiempo, es uno de convicciones.


La pregunta cuando se trata de las pruebas no es si ellas vendrán o no. La pregunta es: «¿Cómo vas a responder a ellas?».


Don Carson reflexiona sobre la cruz desde cinco ángulos y nos permite ver la riqueza que hay en su significado.


Conoce sobre el impacto que el hábito de las devociones familiares puede tener en los hijos de cristianos.


Aquí hay cinco consejos prácticos para evitar el pecado de la glotonería en la época de Navidad.