

Jesús ha traído una nueva vida, no sigas usando tu antigua vida, deja de vivir para tí u vive para él. (2 corintios 5:13-17)


¿Por qué buscar entre los muertos al que vive? Jesús ha resucitado, Él vive. (Lucas 24:1-6)


Jesús murió y fue puesto en la tumba, por eso podemos estar seguros que venció a la muerte. (Juan 19:41-42/Mateo 27:62-66)


En medio de su mayor sufrimiento Jesús perdonó a quienes le causaron dolor, cuánto más nosotros debemos perdonar a quienes nos han hecho daño. (Lucas 23:33-34)


Cuando Jesús estaba angustiado encontró en la oración la fortaleza que necesitaba. (Lucas 22:39-43)


Demuestrale cada día a Jesús lo importante que es para ti. (Marcos 14:3-9)


Vivamos expectantes al regreso de Jesús para estar preparados cuando el día y la hora lleguen. (Mateo 24:36-42)


Permitamos que Jesús purifique nuestra vida para que podamos cumplir el propósito para el cual fuimos creados. (Marcos 11:15-19)


Pon tu esperanza en los planes y los designios de Dios, pues nada podrá frustrarlos. (Salmos 33:11)


Se fuerte en Dios y en el poder de su fuerza para que puedas cumplir con todo lo que Él te pide. (Efesios 6:10-11)


Aunque la gracia de Dios nos ha alcanzado, no debemos dejar de esforzarnos por entrar a su reino. (Lucas 13:22-24)


La fe nos ayuda a romper los paradigmas y poder ver que el poder de Dios no tiene límites. (Mateo 8:5-13)


Que cuando llegue el fin de todas las cosas Dios nos encuentre haciendo aquello que nos ha pedido que hagamos. (1 Pedro 4:7-8)


Que tus prácticas sean guiadas por las palabras de Dios. (Levítico 18:1-5)


Cumple las leyes más importantes para Dios para que no estés lejos de su Reino. (Marcos 12:28-34)


Que lo que Dios hace por ti cada día no te permita quedarte callado, que puedas expresarle siempre tu gratitud. (Salmos 30:11-12)


Cuando despertemos y nos encontremos cara a cara con Dios quedaremos satisfechos. (Salmos 17:15)


Cuando sea necesario interrumpe tu oración y perdona, habla con Dios con tu corazón libre de rencor. (Marcos 11:24-25)


No busquemos la aprobación de los demás, ya hemos sido aprobados por Dios. (Juan 5:41-42)


Dios nos ha llamado a ser la sal de la tierra, aquella sal que produce buena sazón. (Mateo 5:13/Marcos 9:50)


El sacrificio de Jesús ha hecho que ya no tengamos que hacer más sacrificios cuando pecamos. (Hebreos 7:27 y 1 Juan 1:9)


Dios es fuente de consuelo para todas nuestras dificultades. (2 Corintios 1:3-4)


Que nada te confunda y te haga dejar de confiar en Dios, tus tiempos están en sus manos. (Salmos 31)


Que todo nuestro cuerpo sea un instrumento para hacer lo correcto. (Romanos 6:12-13)


Déjate usar por Dios, si estás en sus manos puede hacer grandes obras contigo. (Éxodo 35:30-35)


El amor a Dios nos debe llevar a comprometernos con Su Palabra. (Deuteronomio 6:4-7)


Que la Palabra de Dios no escasee nunca en tu vida. (1 Samuel 3:1)


Dios nos manda a esforzarnos y ser valientes pues ha prometido estar siempre con nosotros. (Josué 1:9)


Que no pase el día sin que encuentres un lugar tranquilo para estar con Jesús. (Marcos 6:30-31/Mateo 11:28)


JESÚS QUIERE QUE SEAS SU INSTRUMENTO PARA SEGUIR DEMOSTRANDO SU BONDAD AL MUNDO. (EFESIOS 4:31-32)